Esto es lo de siempre. Hay quién tarda en despertar del letargo y quienes están “al quite” para retomar su actividad empresarial y profesional. Estas/os últimas/os son quienes ya están viendo cómo retoman los niveles de productividad (y ganancia) anteriores a la COVID19. Por supuesto, está quién no ha podido sostener la situación por las características especiales de su negocio; pero también quién ha tirado como ha podido de todos los recursos a su alcance.
Fijaros sino en este emprendedor del sector del agro en Canarias que descubrió el poder de las redes sociales para vender: Nauzet Méndez, el agricultor canario que lanzó su mensaje a través de youtube para no tener que vender “tirado” a los mayoristas ¿Cuál fue la respuesta? En dos días vendió toda la fruta que de otra forma, comenzaba a caer al suelo y se perdería. Fue un mensaje directo, sabía a quién le hablaba: «No quiero dar pena, solo necesito ayuda», sabía que en ese mensaje estaba la solución.
Con las empresas, las instituciones las y los profesionales está pasando lo mismo. Hay quién todavía no entiende el fenómeno realmente o lo entiende parcialmente: “Mi hija de 15 años tiene más seguidores que mi tienda en Instagram” me dice un empresario gastronómico. Y me tengo que morder la lengua para no ponerme al explicarle el tipo de público, el tipo de contenidos que cada red demanda. No busca formación.
Lo que está claro es que entendido más o menos, profundizado más o menos el fenómeno digital, el instinto empresarial, emprendedor les lleva de forma innata a apostar por él. No necesitan, como las grandes empresas, que los informes de ventas y tendencias les indiquen que «la transformación digital es inminente». Buscan, sienten a las y los consumidores y se adentran. Quieren vender y éstos son los nuevos canales.
Son esas las asociaciones, las instituciones, las empresas, las y los emprendedores y profesionales que están trabajando ya sus productos, pensando en cómo venderlos. A quién, cómo, y sobre todo, por qué canal hacerlo.
La realidad es que quién ha buscado rápidamente restructurar sus gabinetes de comunicación, reorganizar los contenidos de su web, de su organización o contratar una consultora o consultor, ha dado ya el pistoletazo de salida a su negocio en un momento clave en el que la velocidad será una gran ventaja competitiva.