Ana Pastor es la nueva cara de Los Desayunos, el programa de tertulia informativa de Televisión Española. Su presentadora, Pepa Bueno reemplaza ahora a Lorenzo Milá (que ha vuelto a la corresponsalía en Washington) en la conducción de los informativos de la cadena en prime time y Ana Pastor, presentadora de 59 segundos es ahora la cara de Los Desayunos.
Los Desayunos es un programa que consiguió hacer que la mañana de análisis fuera exactamente, como un desayuno. Pausado, equilibrado, elegante y con ritmo televisivo. Hay quién opina que incluso el tono y la parsimonia de Pepa Bueno ameritaban ponerse un café a la misma hora del programa.
Bueno consiguió que sus entrevistados estuvieran cómodos, con la comodidad de la profesionalidad. Tranquila, casi como quién hace una preguntaba sin importancia, Bueno se lanzaba mordaz en sus entrevistas sin que sus invitados notasen la trascendencia de sus preguntas en el tono, pero obligados a contestar con contenido y rigor.
Un programa equilibrado incluso entre sus colaboradores entre quienes encontramos a profesionales como Victoria Prego o con el empuje y el entusiasmo de periodistas como Alberto Pozas. Ahora de la mano de Ana Pastor el espacio busca acomodarse al nuevo estilo. Y es que ese ritmo pausado, que no lento de la mañana, esos tiempos marcados sin marcar que eran la tónica de un programa que fluía parecen ir ahora a golpe de minutos contados.
Ana Pastor es una excelente periodista no hace falta que yo lo diga, pero no logra desprenderse del implacable pulso de 59 segundos. Durante el la conversación de los tertulianos ayer, por ejemplo, he tenido la sensación de estar en el programa político con una mesa de debate ruidosa en la que cada periodista abanderaba causas políticas al mejor estilo de otras tertulias ajenas en calidad y de otras cadenas en la que se defendía “lo que dice Zapatero…” o “lo que opina Rajoy”. Muy lejos de la sobriedad de otros programas.
El dedo me tembló en el mando.
Se acentuó este detalle, cuando sentados uno al lado del otro, el programa conectó con los portavoces parlamentarios de PSOE y PP. José Antonio Alonso en una silla y justo a su lado, en otra silla, Soraya Sáez de Santamaría. Ana Pastor les recibió de esta manera: “Buenos días, les voy a pedir que brevemente…”
El manejo del tiempo seguía siendo el de otro formato.
Soraya Sáez de Santamaría, impecable, obediente y haciendo uso de un gran manejo de la cámara dio su mensaje en apenas unos segundos. A lo que la presentadora contesto: “Bueno…, tampoco tan breve…” Santamaría, rapidísima contrarrestó: “lo bueno, si es breve mejor”.
En el programa de hoy más dejes que arrastran la experiencia de 59 segundos al plató de Los Desayunos. Ricardo Costa se manejó con tanta familiaridad que chocó por lo poco habitual en cualquier programa informativo de RTVE. El sobreseído político del caso Gürtel se despachó con muletillas como: “Perdone que le corrija, pero esa no es la pregunta…”. Dirigiéndose a la presentadora que sonrió con displicencia. Esa y frases como: “De esto me parece que nosotros dos ya hemos hablado, pero bueno, le contesto ahora en este plató…”.
Al parecer también él se sintió en otro programa.
La tertulia de ayer por la mañana decepcionó. El cambio de presentadora de Los Desayunos ya planteaba desde el comienzo una desventaja cualitativa, no porque Ana Pastor no sea una excelente periodista, que lo es, sino porque simplemente, no es Pepa Bueno.
Los dimes y diretes entre los periodistas tertulianos que se interrumpen y repiten los discursos de los políticos me dejó con el dedo a medio presionar en el mando cuando por fin se impuso la información y el análisis de calidad. La pausa, la experiencia y algunas de las pautas del programa las trajo consigo el experto del programa (aunque ayer no intervino) que hizo comentarios como “en este programa, lo que solemos hacer es…”.
Ahí está la clave.
La información, el análisis, la pausa para el café y la reflexión estuvieron en la intervención de Juan Ignacio Crespo. En su intervención, perlas citar un chiste de Forges de 1974. Así de preparado y bien documentado, ese es el sello de Los Desayunos.
Suspiré con alivio.
Siguen siendo Los Desayunos, sólo es cuestión de darle a Ana Pastor un poco más que 59 segundos.
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