Frivolidad y superficialidad ante el debate entre Rajoy y Rubalcaba
El debate entre los candidatos a la Presidencia del Gobierno español Mariano Rajoy y Pérez Rubalcaba no fue ni de lejos el debate que se esperaba. Fue eso sí, una puja dialéctica, una métrica de fuerzas, de carácter, de liderazgo, de personalidad… Pero nada más.
Desde ese punto de vista hay mucho que analizar: miradas, actitudes, tono de voz, posturas. Pero, ¿y el mensaje? Las propuestas han brillado por su ausencia. Salvo un tímido intento de Rubalcaba por poner fórmulas sobre la mesa que Rajoy evitó, esquivó y rehuyó brillantemente. ¿El resultado? Los televidentes se dedicaron a alabar o atacar al candidato de su preferencia o crear hashtag para entretenerse en Twitter a toda velocidad. Descentrarse y desconectar.
Admitieron abiertamente a través de ese canal que el debate en realidad, dejó interesar. Dejó de interesar lo que decía quién ante las encuestas se presenta como el futuro Presidente de España en una de las crisis más importantes de la historia de este país; y en el único debate entre los partidos más importantes del país, la gente desconecta.
Es una conclusión decepcionante, un resultado superficial, frívolo y preocupante. Quizás la resignación de una crisis estructural se ha trasladado al votante que sólo quiere cambiar de color político para castigar y apostar, como quién juega a la lotería por si acaso. Quizás la falta de credibilidad en la clase política ha tocado fondo y ya da “todo igual…”. Desde Luego Twitter no puede ser el único barómetro para medir la temperatura de la opinión del votante español; pero no deja de ser un referente importante por el que ha pasado buena parte de la opinión española.
Queda esperar a las elecciones cruzando los dedos o esperando que los indignados logren hacer de su masiva indignación global un macropartido digno de votar.
Es cierto… en parte. hay a un candidato al que no le interesaba entrar en el cuerpo a cuerpo ya que, primero, tiene a su electorado movilizado y, segundo, no hay que generar una guerra que ayude a tu rival a movilizar a su electorado, tanto a los que se quieren quedar en casa sin votar como a los que se están marchando a IU, Equo…
Si entramos en cifras está claro que Rubalcaba no puede defender la gestión del PSOE en estos 7 años. Si entramos en propuestas tampoco ya que, como dijo Rajoy, por qué no lo han hecho antes? Es por ello que la batalla con Rajoy era una batalla estéril e inútil. Rubalcaba debería haber hablado, no ya para discutir sobre el programa (por cierto, al contrario de lo que han dicho los últimos meses parece ser que sí tenían programa en el PP) del PP sino del suyo. Más allá del eventual plan Marshall, a mi entender eufemismo de rescate europeo -cosa que tenia claro que Rajoy solicitará pero no de Rubalcaba- no sabemos mucho más.
Otro problema, a mi juicio, es la proximidad del mitin del otro día en Andalucía con el debate. Rubalcaba no es, su dialéctica, ni González ni Guerra y eso también cuenta a la hora de valorar su intervención.
Por cierto, me gustaría saber si en un primer borrador de la intervención de Rubalcaba el guiño al movimiento 15M en términos de regeneración política y corrupción estaba presente y en qué medida el affaire Pepiño le hizo desecharlo. Además, tema importante y del que no se habló ¿Y la vivienda?
Hola
Creo que después de las elecciones se ve claro que la estrategia de estarse calladito, era buena. Ha Rajoy le ha llegado por fin la hora de la verdad… Creo que va a ser cierto ese refrán de que el que persevera, triunfa.
Es así…
«En la pugna entre el arroyo y la roca, siempre triunfa el arroyo… no porque sea muy fuerte, sino porque persevera.»
En cuanto a los temas tratados, tengo entendido que los pactaron entre los propios partidos. No digo más, saca tus propias conclusiones.
Personalmente creo que el 15M es un fenómeno incómodo para tod@s los políticos.
Saludos y gracias por tu comentario, realmente muy interesante porque no había pensado en el debate en Andalucía.