Aprender a comunicar, la materia pendiente

Aprender a comunicar es definitivamente, la asignatura pendiente. No lo digo yo, claro. Lo dice Manuel Campo Vidal todo el tiempo y siempre que tiene ocasión. Lo dice los sábados en la tertulia de No es un día cualquiera en la sección de Comunica que algo queda.  Lo dice en su libro, ¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?

Que no sabemos comunicar es una realidad tan evidente, que parece extraño que nadie lo pusiera en la palestra como lo hace él a cada momento.

Su libro es un manual (aunque a él no le guste que así sea) de recomendaciones, de guiños de lo que no se ha de hacer a la hora de comunicar, pero sobre todo, es la exposición de una gran verdad: Cuando no comunicamos, perdemos una gran oportunidad. Oportunidad de contar lo que sabemos, de darnos a conocer, de difundir, de divertir, de hacer amigos, de hacer negocios, de hacer cultura, de hacer comunicación…

Gracias a Manuel me he convertido en el peor público posible y supongo que también en el más comprensivo de todos…. Cada vez que voy a una conferencia me fijo si la persona lleva un esquema, si improvisa, si habla de pie o sentado. Si va de tonos claros, si va de oscuro, si está tranquilo, si está nervios@. Es agotador. Porque escuchas la conferencia al mismo tiempo que analizas todo, el lugar el tipo de público, el tipo de evento. El tono de la voz de la persona que habla, el tipo de micrófono, si hay escaleras o no, si el público que llega tarde distrae la atención del conferenciante o si la puerta está retirada de la atención de la gente…

Sin embargo, cuando encuentro buenos oradores, ejemplos de buena comunicación, es más fácil. Nada me distrae de lo que dicen. No me fijo en la ropa, ni el tono de la voz, simplemente escucho. Porque logran atraer toda mi atención como hacen los buenos comunicadores. Te llevan directamente a su cabeza. No te dejan pensar en “a ver qué dice ahora”. Simplemente vas con ellos a donde te quieren llevar con su mensaje. Perfecto.

Me pasó dos veces este mes, la primera escuchando a Mario Alonso Puig en el Primer Encuentro de Asistentes de Dirección que se realizó en Oviedo, y la segunda ayer en el Paraninfo de Zaragoza escuchando a José María Calleja en presentación del libro de Santiago Boira Sarto: Hombres maltratadores. Historias de violencia masculina.

En ambos casos puedo recordar frases completas del mensaje, ideas claras, miradas. Manos. Incluso el tono de la voz, pero sobre todo, el mensaje.

Era la primera vez que escuchaba en directo a José María Calleja y comunicó tan bien que logró contar en pocas palabras y con el tono adecuado pero cercano la importancia de un libro único en el que se analizan algunos perfiles de maltratadores.

Abordaje a Calleja, saludo y retirada.

Mario Alonso Puig deslumbra. Además enseña con sus acciones que se puede aplicar cada una de las cosas que predica y eso, no es nada fácil. Fue volver de Oviedo y predicar el «marioalonsismo» hasta que volví a verle en una entrevista que le hizo esta semana Buenafuente para promocionar su nuevo libro Reinventarse ¿Será casualidad?

Me pregunto cuántos mensajes me perdí del todo, cuantos mensajes valiosos me llegaron sólo parcialmente y cuántas veces me quedé sin dar los míos correctamente.

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2 comentarios sobre “Aprender a comunicar, la materia pendiente”

  1. Ese tipo de conferencias son las que habría que grabar para poder verlas una y otra vez. Nos permitiría disfrutar del contenido y darle vueltas a los mensajes que se comunican, una y otra vez. Si necesitas ayudante de cámara, avisa 🙂

    Saludos,
    Adri.

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