Si me quiere contratar, le mando la foto de mi habitación

Mira que ha habido hechos noticiables el mes pasado .De todos ellos buenos comentarios, blogs, noticias, foros; como para venir a retomar el blog con un libro tan freaky como el que estoy leyendo: Inteligencia intuitiva de Malcom Gladwell. Pero esto es así, es un blog.

Gladwell comenta entre los numerosos ejemplos que da en su libro una curiosidad que me ha llamado la atención.

Usted ha de contratar a alguien, le gustan sus referencias pero quiere saber cómo es como persona ¿Es trabajador?, ¿Es honrado?, ¿está abierto a nuevas ideas? ¿Es meticuloso? Y da dos opciones (las dos muy sui géneris): una es entrevistar a esa persona una y otra vez, varias veces al mes y durante varios meses para ir descubriendo cada vez algo nuevo en su personalidad. Quedar a tomar café… Quizás llegar a ser amigos hasta descubrir sus virtudes y defectos. Un poco esforzado, pero al parecer el puesto es muy bueno.

La otra opción es entrar en su habitación sin que lo sepa y observar durante media hora para sacar conclusiones

¿Qué opción elegiría?

¿Quizás la primera para tener más datos? ¿La segunda por más rápida? Si ha optado por la segunda está en buen camino.

El psicólogo Samuel Gosling ha hecho un experimento en el que ha demostrado que se puede sacar las mismas conclusiones sobre la personalidad de alguien analizando su habitación durante treinta minutos que conociéndolo toda la vida.

¿Cómo lo ha hecho?

Ha elegido ochenta estudiantes para un experimento en el que los amigos íntimos de los estudiantes debían recoger en un cuestionario los principales detalles de la personalidad de sus amigos: Extraversión, amabilidad, meticulosidad, apertura a nuevas experiencias, etc. Factores considerados “vitales” par una buena adaptación laboral.

Los amigos como es de esperar, hicieron un análisis completo de sus amigos.

A continuación pidió a diez completos desconocidos que analizaran las habitaciones de los ochenta alumnos durante media hora (en horas y días diferentes, se entiende) y sin avisar a los estudiantes cuándo se haría, ni para qué.

Resumiendo que estaréis hasta el moño de leer: Las conclusiones a las que llegaban los diez desconocidos sobre la personalidad de los dueños de la habitación se aproximaba y en algunos casos superaba  al análisis de los amigos.

“Sus mediciones fueron más exactas en lo que respecta a la meticulosidad y mucho más en la predicción tanto de la estabilidad emocional de los estudiantes como su apertura a nuevas experiencias” (pág. 43).

Lo dicho. He aquí una foto de mi habitación 😉

 

La Habitación de Vincent Van Gogh en Arles
La Habitación de Vincent Van Gogh en Arles

Saludos.

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5 comentarios

  1. Felicitaciones por compartir este artículo, en los espacios íntimos de cada persona se encuentra su verdadera personalidad.En la vida pública somos como los payasos,escondemos nuestras realidades internas para quedar bien ante la sociedad.

  2. Muchas gracias a vos Manuel por leer y comentar. Creo que tomarse unos minutos para escribir, dejar unas líneas es un acto de comunicación pero también de generosidad porque implica compartir. Efectivamente hasta para eso es necesario dejar algo de uno… Y cada vez nos cuesta más dar.

    Un saludo

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