"Viaje alucinante" al interior de nuestro cuerpo (y de la ética)

El título de este post es un evidente homenaje a aquella película de 1966 de Richard Fleisher (1916-2006) cuyo título original era «Fantastic voyage«, basada en un relato de Isaac Asimov. En su momento, aquel largometraje sorprendió por mostrar el interior del cuerpo humano como nunca antes se había hecho (aunque lo cierto es que la cinta no ha resistido el paso del tiempo y vista con los ojos de hoy día, sus efectos especiales son de serie B).


He recordado esta vieja película porque hoy he leido que la exposición «Bodies» ha llegado a Barcelona. Al igual que aquella película en su momento, Bodies nos invita a viajar al interior de nuestro cuerpo. Se trata de una colección de cadáveres humanos diseccionados y tratados con un sorprendente proceso de plastinación. El guión expositivo hace un recorrido por los diversos sistemas del cuerpo humano, mostrando al espectador como nunca antes articulaciones, nervios, arterias u órganos , por separado o inetrconectados entre sí. Algunos de los cadáveres expuestos están dispuestos en actitudes de la vida cotidiana, y frente a ellos, reconozco que imaginaba mis propias vísceras, músculos y huesos en pleno funcionamiento.
Tuve la oportunidad de visitar Bodies el pasado verano en Nueva York, y he de decir que me pareció una muestra realmente impactante y tremendamente didáctica. Y por qué no decirlo, también algo morbosa. Porque uno no deja de pensar que aquellas figuras escultóricas que está contemplando, hace no mucho eran personas vivas que han sido transformadas en objetos expositivos.


Cuando la visité, pensaba que el autor de la exposición era el alemán Gunter von Hagens, que fue el primero en utilizar cadáveres humanos para realizar este tipo de esculturas anatómicas. Pero mi sorpresa y duda fue creciendo conforme avanzaba por las salas y comprobaba que los rasgos de todos los individuos expuestos eran asiáticos. Así me enteré de la polémica que subyace en esta exposición.
Resulta que la muestra fue preparada en la facultad de Medicina de Dalian en China, tristemente famosa por usar a reos condenados a muerte para realizar experimentos farmacológicos o quirúrgicos. La duda que sobrevolaba en el ambiente, al menos en Estados Unidos, era si algunas de las personas expuestas en Bodies, habían sido ajusticiadas porque sus características anatómicas se ajustaban a las necesidades de la exposición.
Los organizadores de la exposición, aseguran que todos murieron por causas naturales y donaron voluntariamente sus cuerpos, pero la duda queda ahí, máxime cuando se trata del país del mundo que ocupa la primera posición en ejecución de la pena de muerte con unas cifras oficiales de 1,010 ejecutados en 2006 , aunque algunas fuentes hablan de cifras reales que oscilan entre 7,500 y 8,000 ajusticiados en ese mismo año.
Vaya, me temo que al final este post ha tomado un giro inesperado que no era mi intención en un principio, pero creo que esta es una reflexión interesante que merece la pena hacer y que reconozco que estuvo rondando por mi cabeza cuando salí de visitar Bodies en Nueva York, y que está claro que continúa ahí.
En resumen: una exposición sorprendente, didáctica, quizá no apta para todas las sensibilidades, y con ese trasfondo que nos puede dar mucho en qué pensar.

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