Cuando tuve que devolver el Fujitsu que me había acompañado durante casi cuatro años de trabajo en la Universidad San Jorge, casi hasta me alivió. El pobre ya tenía sus batacazos y no respondía igual, le costaba… Tenía su historia el pobre. Eso, y que no era mío claro jeje. Decidí emprender la tarea de comprarme un ordenador. Lo primero que pensé fue pasarme a MAC. Sí, en serio. Fue lo primero que pensé porque estoy rodeada de amigos y conocidos sólo hablan maravillas de él. Están enviciados. Pero fue Fernando (que también es un usurario empedernido) el que me convenció de que en mis viajes de trabajo, sólo tendría renegonas de incompatibilidades por ahí… Y la verdad es que no estaba del todo equivocado.

 

Pero desde que decidí comprar el HP Pavilón qué horror, no hago más que penar. Se supone que es un ordenador muy potente y tal. Pero la primera semana de uso, ya lo llevé a que me cambiaran la unidad a PC City. Alfonso insistió: huye Mariela! Qué razón tenía. No tiene seis meses y lleva casi dos semanas en reparación. Me han dicho que no pasa de los treinta días, en plan: para que veas lo rápido que somos. Le pasan toda la responsabilidad a HP claro. Yo sigo sin mi ordenador. Me han dicho que tienen que cambiarle el disco duro ¡Ahí es nada! He desaparecido de las redes sociales, casi no escribo y restrinjo mi trabajo solo a lo urgente e inmediato. Triste. Por suerte, tengo un blog en el que puedo hacer esto: ESTOY HASTA EL MOÑO!

Si pudiera hacer “controlZ” volver atrás y tomar nuevamente la decisión, estaría ahora acariciando mi MAC (me acuerdo ahora de la escena de Balseros y el cubano besando su coche y me da un poco de asco) pasando de PC City y de HP  y seguramente con más post (buena onda) escritos

Escena del tremendo documental en el que el cámara le dice al balsero: «dale un beso» (a su mujer, se entiende) pero el balsero se lanza sin pensarlo y le da un beso al coche :=(