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Prensa libre, prensa sin censura pero sobre todo, sin autocensura

El periodismo es un oficio antiguo, quizás no tanto como otros; pero la necesidad de contar las cosas importantes que pasaban en una comunidad siempre ha sido parte de la historia de los pueblos. En obras de arte, cuadros, esculturas y cuando apareció el papel, la palabra.

A pesar del camino que ha recorrido la prensa en el que ha evolucionado al ritmo de las nuevas tecnologías y al ritmo también de su propia práctica: cuando el periodismo no es bueno siempre hay un hueco para la información. La noticia se abre camino por los canales formales o por los informales. También los buenos periodistas se abren camino. De la gente que año a año estudia periodismo sólo llegan aquellos que llevan las ganas de verdad de las venas, el entusiasmo por contar y que por supuesto, saben hacerlo.

En España conocemos muchos periodistas de raza, periodistas como Carlos Herrera, Luis del Olmo, Rosa María Cadaf, Iñaki Gabilondo, Matías Prats, Gemma Niega, Angels Barceló, Manuel Campo Vidal, Raúlt del Pozo, Victoria Prego, entre otros tantos buenísimos profesionales. Aún así, con la calidad de prensa que existe en España conocemos casos de presiones editoriales, de artículos que no se publican de que gente a la que no se invita a una u otra cadena de televisión.

Aun así, la distancia entre el periodismo que hoy se hace en España y el que actualmente resiste en algunos países como Argentina tiene una distancia abismal.

caraHoy no puedo evitar acordarme de las buenas plumas de mi ciudad, Santiago del Estero, Argentina. Buenos redactores, periodistas de raza, escritores, gente que ama la palabra y que está comprometida con su ciudad y que aun así, no puede contar entre otras cosas, las verdaderas cifras del dengue, las mafias de tráfico de mujeres, las verdaderas cifras de la desnutrición, las cuentas de la provincia, la relación entre el dinero de la provincia y las visitas estadounidenses. Renegado y relegado el periodismo santiagueño, sigue dependiente de la política, con controles, con censores…

En el día de la prensa libre vaya un saludo de admiración para esos los verdaderos periodistas que cuentan día a día la realidad y para quienes han hecho de sus nombres marcas de verdad, de eficacia y eficiencia como profesionales de la comunicación.

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6 comentarios

  1. Este tema da para mucho mucho que hablar. La censura en el periodismo es el reflejo de la censura en general a unas libertades generales. Al fin y al cabo el buen periodismo es el que debe reflejar lo que está ocurriendo en un lugar, y si es lo primero que se está censurando «apaga y vámonos».

    A mí me da mucha pena el que no se refleje en los grandes medios el buen periodismo o los buenos profesionales, y no hagan sino promocionar el amarillismo y el morbo de gente que solo busca audiencia, dinero y publicidad. La primera censura que tiene el periodismo en España y en muchos lugares del mundo es el propio Negocio.

    Pero siempre hay que ver las cosas con cierto punto de optimismo, porque al fin y al cabo no todo es oscuridad y siempre se ve buen trabajo y grandes profesionales, que desgraciadamente luchan por aportar en un maremagnum de mediocridad. Lo importante es quedarnos con ellos y no con los otros.

    Saludicos! ;D

  2. Al leer tu post he recordado la columna de Enric González que no publicó El País hace unos días. Y todo por colocar esta frase al final de la misma: «Cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños». Es sólo una frase, pero los propietarios del diario lo consideraron un insulto y prefirieron retirar la columna entera.

    Las palabras son poderosas, con pocas se puede decir mucho. Y si hay algo que no se puede escribir, siempre queda el maravilloso arte de sugerir. Pero lo que no consigo entender es por qué, en cierto modo y en algún que otro lugar, la prensa está tan politizada o mediatizada como para que la información pase a estar en un segundo plano. Relegada. Se cuenta lo que uno/alguno quiere escuchar/leer/ver y se deja de lado la veracidad de la realidad. Como si fuera un escaparate en el que se sabe qué hay, qué pasa, pero no se puede alcanzar, ni supuestamente saber, ni siquiera contar…

    Es una verdadera pena que, en unos casos u otros, aquí o allá, no se pueda ejercer la profesión periodística de una manera verdadera, sincera, honesta y transparente. También es una pena que no se pueda ejercer, en su totalidad, un derecho: obtener información y comunicarla.

  3. Es cierto que lamentablemente la prensa se acomoda a diferentes tipos de censura. La del «negocio» como dices, adaptando los contenidos a la publicidad y al inversor de turno o la política. Por eso es tan importante la formación. Tener que periodistas que «aguanten» la presión y que estén dispuestos a hacer buen periodismo porque el prestigio no se gana a golpe de espacios en blanco.

    Por cierto, ¿has visto la portada de El País de hoy? ¿Quién diría hace unos meses que este periódico anunciaría en portada que «el PP adelanta en encuentas al PSOE»? ¿Qué está pasando aquí?

    Por suerte, los lectores saben cada vez más; escriben cada vez más. Buscan medios alternativos, buscan la información que necesitan en la red, crean sus propios medios ;=)

    Gracias por tu comentario.

    Un saludo

  4. Hay algo que pocas veces se enseña con profundidad en las facultades de periodismo. No se prepara al profesional para afrontar la realidad interior del medio donde va a trabajar. Y me refiero a la realidad ética de la prensa.
    El mundo del periodismo es muy dado a ofrecer puntos de vista sobre hechos ajenos. A identificar libertades y ausencias en las veredas de enfrente.
    Pero poco dice sobre las libertades que ella misma pisotea.
    Poco informa (ni siquiera a sus profesionales) acerca de lo que calla y hace callar hacia adentro. Me resulta insuficiente poder llevar el tema de manera superficial y en este comentario. No quiero que se me malinterprete.
    Pero los medios deberían pensar en igual proporción sobre la libertad de prensa y sobre la libertad en el interior de la prensa. Es una problemática y un debate de hace tiempo. Muchos lo reducen con respuestas muy simples. Los que trabajamos en la prensa lo sabemos. Pero la problemática surge una y otra vez.
    Adri lo menciona con respecto al caso de Enric González. Resulta preocupante. ¿Pero que clase de libertades podemos defender desde los medios cuando somos nosotros los que muchas veces silenciamos ciertas libertades?
    Es preocupante. Es un desafío y debe ser afrontado, en mi humilde opinión, día a día. Es mucho lo que se pone en juego. Y pocos los que ganan. Y sino que se lo pregunten a Enric González.

  5. Entre otros tantos buenísimos profesionales está Federico Jiménez Losantos, que, además, también escribe haikus…
    Saludos. Buen blog.

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