Feliz Navidad y próspero 2008

Ayer, paseando por Vitoria, Toñy saludaba a conocidos y amigos por el centro, cuando en un momento, cogió a alguien del brazo y le dijo: «Eh, hola, ¿te acuerdas de mi?». La conversación continuó… y Toñy siguió haciendo preguntas: «¿Qué tal estás», ¿cómo estás?, ¿con quién estás pasando estos días?»… Me di cuenta de que la mujer ecuatoriana se ponía cada vez más triste a medida que contestaba… ?Estoy sola. Mi hija ha decidido volver a Ecuador??. Tuvimos que terminar la conversación con ella, porque estaba tan triste que a penas podía hablar.


Los primeros años en España, las primeras Navidades, los primeros Reyes nunca son tristes. Es una especie de aventura con frío, nieve, nuevos amigos, experiencias totalmente diferentes a las propias que en cierta forma, evitan pensar todo el tiempo en los que dejas lejos. Sin embargo, cuando pasan los años y asumes que ésta es una realidad casi irreversible; volver, reencontrarse, se convierte en una necesidad imperante. En una forma de vivir.


Volver a casa es caro, es incómodo, es cansador, tedioso, casi una obligación con el espíritu. Con la familia, con los afectos, con lo que cada día, te sostienen. Y es que sólo cuando no están, uno es capaz de dimensionar, realmente, lo complicado que resulta caminar solo en un país foráneo.


Con esta historia y con un año de blog cumplido; con todo el esfuerzo personal y profesional puesto en algunas de estas líneas, y con todo el cariño con el que escribimos, os deseamos Feliz Navidad y próspero 2008.

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3 comentarios

  1. Siempre pensé que las primeras eran las más difíciles.

    Que lo peor del 2008 sea lo mejor del 2007. ¡Feliz año!

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